¿Cúal es el training que necesito para construir a Carlota?
Antes de pensar en Carlota decidí pensar en mí. ¿Qué necesito yo, como acrtiz, para evolucionar? Entonces empecé a contruir una secuencia, basada en una serie de ejercicios que aprendí en Bolivia y otros aprendidos en la Academia, y finalmente algunas variaciones que yo inventé de ciertos ejercicios.
La primera parte del training la llamo DISPONER·ACTIVAR·DESPERTAR ¿por qué? Creo que empezar es difícil, luchar contra la pereza, el sueño y el temor es complicado entonces es mejor empezar con una sacudida fuerte para estar listo, para preparar el cuerpo y la imaginación.
Los ejercicios de la primera parte tienen sus nombres y un orden, son:
Respiración (quiero retar mi concentración, me he dado cuenta que pienso en todo a la vez y quiero poder pensar en una sola respirando)
Pasos Chinos
Pasos Samurai
Pasos Geisha
Caballo·Arco·Gato·Caballo
Serie de Abdominales
Fortalecimiento de piernas.
En esta primera fase intento concentrarme en la precisión, la exactitud del movimiento. Realizar el movimiento de la manera más fiel a la que me enseñaron. Fortalecer el centro y el cuerpo entero, tener resistencia.
La segunda parte del training la llamo DE LA ACCIÓN A LA IMAGINACIÓN. El nombre da cuenta de lo que pasa en ese momento, del estudio del movimiento racionalizandolo, interiorizandolo y pensando aún en cada movimiento hasta convertirlo en algo casi natural e involuntario y darle paso a la imaginación, que se apodera del estado del cuerpo y juega en un baile armónico con él.
Los ejercicios son:
·Abrir y cerrar el cuerpo como una unidad(es incialmente un ejercicio de precisión que da paso a la construcción de imágenes)
·Abrir y cerrar el cuerpo disgregandolo (abrir y cerrar parte por parte el cuerpo y jugar con las posibles variaciones)
·Abrir y cerrar en cuerpo entero y disgregado (mezclar los anteriores y decidir en qué momento usar cada uno)
·Abrir y cerrar el cuerpo como unidad y disgregado con múscia (la música determina los movimientos y me permite concer otros ritmos diferentes a los míos, nuevas historias y nuevas maneras de estar en el espacio)
·Camara lenta ( controlar todos los movimientos, encontrar varias maneras de sentarse y pararse controlando todas las partes del cuerpo, agarrar algo, dar botes, saludar etc)
·Vocales:
calentar con mmm, rrrr, aaa, eee, iii, ooo, uuu
Jugar con las "casitas" de cada resonador, primero sólo con volcaes, luego con vocales y consonantes y por último con la emisión de un texto cualquiera, olvidando el sentido, sólo jugando con las palabras y luego dándole sentido. ¿Generar varias personalidades, varios personajes que dicen de cierta manera algunas cosas?
Mi training consta de estas dos partees dedicadas a mi formación como actriz, por ahora. Luego empieza el trabajo con Carlota.
Empieza el juego de partitura con texto, enseñado por nuestra maestra Paola, y entonces empiezo a concerme un poco más a entender cómo funciono y cómo funciona Carlota, a dejar volar la voz con las palabras y la imaginación. Hacer entender a mi cuerpo que es una unidad, que la voz, el movimiento y la imaginación bailan juntas. Aprender a estar juntas para después no estar más juntas...Es como una versión libre del Cubo de Laban, abandonando los tecnisismos, dejando atrás la formalidad de la estructura y liberando el cuerpo para que se mueva libremente en el espacio y guíe a sus otras compañeras.
En este punto del entrenamiento mi cuerpo está diferente, talvez cansado, pero dispuesto para la creación, para que yo- entera- pueda entrar en el mundo de Carlota, atenta a cualquier descubrimiento.
jueves, 15 de noviembre de 2012
martes, 13 de noviembre de 2012
¿Cómo empezar? El ancianato
Después de un largo trabajo de cartografía y de imágenes, empezamos a trabajar con el texto. La primera pregunta fue ¿y yo.. cómo empiezo? pues bien, la respuesta es muy simple: lanzarse hacia lo que guía la intuición. Probar una y mil veces las diferentes ideas, crear partituras, que con las repeticiones se llenan de preguntas y posiblemente de respuestas, para empezar a darle cuerpo al incio del monólogo.
Este monólgo tiene una dificultad extra: es una mujer de 86 años, y yo con 22 ¿cómo hago creer que puedo ser una mujer de 86? Inscribirse como voluntaria en un ancianato. Observar, convivir y expermientar la rituna, la vida de un adulto mayor.
El ancianato que visito tiene todas las comodidades para sus habitantes, las condiciones de vida son entonces privilegiadas. Tienen una rutina semanal, que consta de actividades en grupo o individuales. Ellos deciden asistir o no a éstas. Toman 5 comidas, el desayuno, las mediasnueves, el almuerzo, las onces y la comida. He tenido la fortuna de compartir con ellos algunas comidas y la realización de actividades como el baile y la expresión corporal.
Del corto tiempo que he podido estar allí he descubierto un universo nuevo, lenguajes difierentes y códigos de conducta diferentes a los actuales. La vida se vuelve un ritual, con una preparación determinada para cada momento. Las mujeres siempre estan arregladas. La mayoría lleva peinados elaborados, en los que ningún pelo está en desorden, uñas pintadas, piel humectada a pesar de los resquebrajamientos del tiempo, algunas usan aún maquillaje, muy suave. Todas adornan sus dedos con anillos. Algunas llevan el anillo de matrimonio, otras anillos decorativos. Pulseras de perlas, oro, plata o acordes con la vestimenta del día. Usan collares de perlas o de oro. Llevan pañoleta al cuello, puesta de distintas maneras. Nunca faltan los aretes, por que sin ellos se sienten desnudas.
Su ropa, aunque sencilla siempre se ve impecable, cada una huele particularmente delicioso y cuidan acérrimamente las combinaciones.
Son mujeres creyentes, algunas, un poco más revolucionarias creen y aplican las doctrinas de la religión a su manera, no siempre asisten a misa o a rezar el rosario. Se refugian en Dios de distintas maneras.
Cada habitante del ancianato es particular, la mayoría son mujeres, algunas son tímidas, otras conversadoras al extremo, tanto así que me hace pensar que la soledad es absoluta. Algunas están más deterioradas mentalmente, los recuerdos empiezan a borrarse y hasta olvidan el tiempo y el lugar en el que están. Se enredan en las palabras, olvidan como decir ciertas cosas y confunden los idiomas (porque muchas saben más de uno).
Algunas amantes de la lectura otras del baile, todas tienen un recuerdo de antaño que las hace sentirse vivas, desear la juventud y sentirse a veces miserables.
Su andar es pausado, algunas se ayudan de bastón o caminador, otras se mueven con agilidad, pero los años pesan y entonces arrastran los pies, tienen temor a caerse, a moverse más de la cuenta.. son concientes de su edad y saben que su cuerpo no responde como antes.
¿Porqué los adultos mayores tienen joroba? Los espacios entre las vértebras con el tiempo se reducen, es por eso que disminuyen en tamaño y el cuerpo cambia, por esto mismo surge la joroba.
Algunas jorobas son más pronunciadas que otras, algunas se vuelven una dificultad más para su vida diaria.
La coordinación se vuelve una dificultad, sin embargo se ríen de esto y vuelven a intentar siempre y cuando no se arriesguen demasiado. Cuando están en dificultades son temerosas como un niño chiquito, se sienten vulnerables e indefensas.
He tenido la oportunidad de conversar con algunas de ellas, las he escuchado y he logrado conocer un poco más de sus vidas. Cuando recuerdan, cuando describen lugares y personas logran generar una imagen en el que escucha. Sus palabras contienen imágenes! (este sería uno de los objetivos de mi monólogo, hacer que la gente construya en su imaginación lo que cuento).
Las visitas hasta ahora me dejan ciertas inquietudes en la construcción del personaje de Carlota:
¿ Cómo respiran?
¿Cómo caminan?
¿Cómo comen?
¿Cómo se sientean?
¿Cómo está el cuerpo luego de estar sentado por varias horas?
¿Cómo son sus manos, cómo se mueven?
¿Cómo es su piel?
¿Cómo es el cuerpo desnundo de un anciano?
¿Cuál es su mayor temor?
Este monólgo tiene una dificultad extra: es una mujer de 86 años, y yo con 22 ¿cómo hago creer que puedo ser una mujer de 86? Inscribirse como voluntaria en un ancianato. Observar, convivir y expermientar la rituna, la vida de un adulto mayor.
El ancianato que visito tiene todas las comodidades para sus habitantes, las condiciones de vida son entonces privilegiadas. Tienen una rutina semanal, que consta de actividades en grupo o individuales. Ellos deciden asistir o no a éstas. Toman 5 comidas, el desayuno, las mediasnueves, el almuerzo, las onces y la comida. He tenido la fortuna de compartir con ellos algunas comidas y la realización de actividades como el baile y la expresión corporal.
Del corto tiempo que he podido estar allí he descubierto un universo nuevo, lenguajes difierentes y códigos de conducta diferentes a los actuales. La vida se vuelve un ritual, con una preparación determinada para cada momento. Las mujeres siempre estan arregladas. La mayoría lleva peinados elaborados, en los que ningún pelo está en desorden, uñas pintadas, piel humectada a pesar de los resquebrajamientos del tiempo, algunas usan aún maquillaje, muy suave. Todas adornan sus dedos con anillos. Algunas llevan el anillo de matrimonio, otras anillos decorativos. Pulseras de perlas, oro, plata o acordes con la vestimenta del día. Usan collares de perlas o de oro. Llevan pañoleta al cuello, puesta de distintas maneras. Nunca faltan los aretes, por que sin ellos se sienten desnudas.
Su ropa, aunque sencilla siempre se ve impecable, cada una huele particularmente delicioso y cuidan acérrimamente las combinaciones.
Son mujeres creyentes, algunas, un poco más revolucionarias creen y aplican las doctrinas de la religión a su manera, no siempre asisten a misa o a rezar el rosario. Se refugian en Dios de distintas maneras.
Cada habitante del ancianato es particular, la mayoría son mujeres, algunas son tímidas, otras conversadoras al extremo, tanto así que me hace pensar que la soledad es absoluta. Algunas están más deterioradas mentalmente, los recuerdos empiezan a borrarse y hasta olvidan el tiempo y el lugar en el que están. Se enredan en las palabras, olvidan como decir ciertas cosas y confunden los idiomas (porque muchas saben más de uno).
Algunas amantes de la lectura otras del baile, todas tienen un recuerdo de antaño que las hace sentirse vivas, desear la juventud y sentirse a veces miserables.
Su andar es pausado, algunas se ayudan de bastón o caminador, otras se mueven con agilidad, pero los años pesan y entonces arrastran los pies, tienen temor a caerse, a moverse más de la cuenta.. son concientes de su edad y saben que su cuerpo no responde como antes.
¿Porqué los adultos mayores tienen joroba? Los espacios entre las vértebras con el tiempo se reducen, es por eso que disminuyen en tamaño y el cuerpo cambia, por esto mismo surge la joroba.
Algunas jorobas son más pronunciadas que otras, algunas se vuelven una dificultad más para su vida diaria.
La coordinación se vuelve una dificultad, sin embargo se ríen de esto y vuelven a intentar siempre y cuando no se arriesguen demasiado. Cuando están en dificultades son temerosas como un niño chiquito, se sienten vulnerables e indefensas.
He tenido la oportunidad de conversar con algunas de ellas, las he escuchado y he logrado conocer un poco más de sus vidas. Cuando recuerdan, cuando describen lugares y personas logran generar una imagen en el que escucha. Sus palabras contienen imágenes! (este sería uno de los objetivos de mi monólogo, hacer que la gente construya en su imaginación lo que cuento).
Las visitas hasta ahora me dejan ciertas inquietudes en la construcción del personaje de Carlota:
¿ Cómo respiran?
¿Cómo caminan?
¿Cómo comen?
¿Cómo se sientean?
¿Cómo está el cuerpo luego de estar sentado por varias horas?
¿Cómo son sus manos, cómo se mueven?
¿Cómo es su piel?
¿Cómo es el cuerpo desnundo de un anciano?
¿Cuál es su mayor temor?
jueves, 8 de noviembre de 2012
Biografía de María Carlota Amelia Victoria Clementina Leopoldina
María Carlota Amelia Clementina Leopoldina nació en 7 de junio de 1840 en el castillo de Laeken, cerca de Bruselas. Sus padres Leopoldo I de Bélgica y Luisa María de Orléans esperaban la llegada de otro varón pero desafortunadamente llegó la pequeña Carlota en un parto difícil; que por poco acaba con la salud de su madre. El día era soleado y las contracciones empezaron alrededor de las 7 de la mañana, la pobre Luisa María pujó alrededor de 8 horas para que su hija naciera. En el parto Luisa María perdió mucha sangre y los médicos le prohibieron parir de nuevo. La pequeña Carlota llegó al mundo con un gran chillido que impresionó a aquellos que se encontraban en la sala.
Su piel era blanca, sus ojos negros azabache y con el pasar del tiempo su pelo fue cambiando de rubio a negro, y alrededor de los 5 años María Carlota parecía una muñeca de porcelana, blanca como la nieve, con los ojos más oscuros que la profundidad del océano y su pelo negro, ondeante y brillante.
Carlota obtuvo ese nombre gracias a las insistencias de su madre por hacer honor a la difunta esposa de su marido, Carlota de gran Bretaña. Leopoldo no se sentía muy de acuerdo pero cedió ante la sonrisa tentadora de su esposa, que heredaría su hija.
Durante su primera infancia María Carlota podía permanecer horas curioseando a su padre, quien le causaba gran impresión. Y poco a poco él fue enamorándose perdidamente de la inocencia y belleza de su pequeña hija. Tanto así que decidió educarla para gobernar como a todos sus hermanos, sin importar que fuera una mujer. La llamaba tesoro y ella cariñosamente lo llamaba papá Leopich. A los 4 años la llevó a cenar con él y con sus abuelos en Inglaterra y la sentó a la mesa con todos los adultos. La familia se sorprendió gratamente, ya que la pequeña niña se codeaba sin ningún problema entre los mayores y sonreía de tal modo que a todos dejaba encantados.
En el castillo de Windsor Carlota encontró a su prima Victoria quien fue su gran amiga y confidente, a quien admiraba y veneraba profundamente., ella le regaló una casa de muñecas, con la que jugaría de allí en adelante. Sin embargo la futura emperatriz de México encontraba en los juegos con sus hermanos la mayor alegría, cuando jugaban a las escondidas o cuando se deslizaban por el barandal del castillo de Laeken. Ya que ellos se encargaban de hacerla reír hasta que tenía que salir corriendo al baño.
María Luisa, madre de Carlota murió en 1850, cuando Carlota tenía apenas 10 años, debido a una enfermedad que la fue debilitando, ocasionada a raíz de la visita a sus padres y encontrar que su padre Luis Felipe estaba tan enfermo y al borde de la muerte.
Desde entonces el comportamiento de Carlota cambió, ya no juagaba con sus hermanos, permanecía muchas horas taciturna y ensimismada, pero encontraba refugio en el cariño de su papá Leopich, quien al ver el comportamiento se su hija decidió ocuparse exclusivamente de ella.
Su abuela materna había pedido a una amiga suya la Condesa de Hulst que se ocupara de cuidar a su nieta, ella se preocupó por educar a la niña: le enseñó latín, alemán, matemática, geografía, historia, oratoria y literatura. Le aconsejó dedicarse a la equitación y la niña aceptó el consejo.
Carlota se convirtió en una joven seria, refinada, elegante, medida y sus gustos parecían obedecer al de una persona mayor con gran educación. Su manera de hablar, de expresarse, sus gustos y la toma de decisiones.
A los 16 años Leopoldo sintió que era hora de casar a Carlota, su primer pretendiente fue Pedro V de Portugal, pero la joven no mostraba interés alguno por él. Luego Greog, hijo del rey de Sajonia se postuló como marido para Carlota pero ella también lo rechazó con vehemencia. Fernando Maximiliano haría una visita al castillo de Laeken en representación de su estirpe Habsburgo y Carota quedó profundamente enamorada de él. Y en 1857 contrajeron matrimonio convirtiéndose así en Archiduquesa de Austria.
Maximiliano con 24 años, se casó con Carlota por conveniencia, no por amor profundo, sino por que Carlota representaba una mujer intrigante y una estrategia poderosa para su asenso. Sin embargo Maximiliano ya se había enamorado de otra mujer, María Amelia, quien había fallecido 3 años atrás tras una enfermedad.
Maximiliano construyó un castillo en Trieste para su esposa, el castillo de Miramar, donde pasaron años muy felices. Ocupándose de las eventualidades del día a día: banquetes, bailes de gala y eventos sociales.
En 1859 Maximiliano abandonó a su esposa para ir a conocer el nuevo mundo, visitó inicialmente Brasil y en Europa empezó a rumorearse que él disfrutaba su estadía de burdel en burdel.
Maximiliano era un hombre mujeriego; en sus viajes por África y Brasil contrajo gonorrea por esta razón los encuentros amorosos con su esposa eran pocos.
Carlota sentía un gran odio aversión por esta situación. Ya que ella deseaba fogosamente consumar su amor hacia su marido, pero la condición de éste hizo que su pasión se reprimiera y se convirtiera en desaprobación. Sin embargo Carlota seguía profundamente enamorada de él.
Sus años en Miramar fueron tranquilos, Carlota cuidaba los jardines, dibujaba y bordaba flores y paisajes. Pero la mayor satisfacción la encontraba al atardecer en lo veranos, sentada inmóvil en la playa contemplando las olas del mar y escuchando como el agua se mecía. Por lo demás se aburría, se dedicaba a la lectura para pasar el tiempo y realizaba paseos matutinos con su esposo, a quien adoraba profundamente por más de sentir un profundo resentimiento hacia sus impulsos libidinosos. La vida en aquel lugar, aunque grandioso, era monótona, carecía de interés y los días de invierno eran para Carlota eternos y tediosos.
Cuando Napoleón III le ofreció a Maximiliano el imperio de México, se emocionaron por la aventura, mucho más Carlota que su esposo, que disfrutaba el ocio de Miramar. Y emprendieron la aventura, llenos de ilusiones y fantasías que se deshicieron cuando pisaron las tierras mexicanas. Los palacios no eran los de la vieja Europa, las costumbres distintas, la comida picante, las ciudades poco desarrolladas y los habitantes poco letrados. El clima era distinto y las infecciones también.
Sin importar eso Carlota lograba encontrar la belleza en donde aparentemente no existía y se sentía feliz de tener a su esposo sólo para ella, así no tuvieran contacto intimo.
Esta situación duró poco, Maximiliano pronto conoció hombres con los que compartía intereses y con ellos emprendió viajes por todo México para conocer y para, de algún modo escapar de su vida con Carlota.
Mientras Carlota vivía sus primero años en México su padre murió, evento que la convirtió por muchos meses en una mujer sombría, que con el pasar de los días perdía la esperanza. En el 66 murió su abuela materna, golpe que también la derrumbó.
Se enteró también que su esposo estaría próximo a ser padre de un hijo bastardo con una jardinera del palacio.
Mientras tanto Carlota se encargó de gobernar México, siempre elegante y refinada, vestida con trajes sencillos pero estilizados, los colores que más le gustaban eran el azul turquesa y el violeta. Le gustaba usar vestidos sin crinolinas y sentir como el viento pasaba por entre sus piernas. Le apasionaban los sombreros y los collares, los anillos no eran su predilección, al igual que los aretes, pero los usaba para nunca perder elegancia y adornaba su cuello largo con hermosos colgandejos.
Aunque parecía un mujer delicada era una mujer con mucho carácter, sabía cuando decir no y cuando presionar para conseguir lo que quería. Ella se encargó de mantener en orden en su Imperio, el poco que podía. Hizo su mejor labor pero fue inútil.
Napoleón III decidió abandonarlos a su suerte, sin importar el conflicto que se vivía entre las guerrillas, los liberales guiados por Benito Juárez y la corte. Esta última estaba en bancarrota y Carlota desesperada en busca de ayuda cruzó el Atlántico para pedirla, hasta al Papa, y todos se la negaron.
Desde ese momento Carlota entendió que sus enemigos trataban de envenenarla. Por esto empezó a asumir comportamientos extraños y sus hermanos decidieron que debía reposar en su palacio de Miramar antes de volver a México. Es importante saber que antes de partir ingirió toloache, bebida medicinal mexicana que si se toma en exceso puede producir estragos en el organismo.
El 19 de julio de 1867 el pelotón de fusilamiento, que tenía prisionero en el Cerro de las Campanas, en Querétano a Maximiliano acabó con su vida.
Mientras tanto Carlota se había perdido entre episodios de lucidez y confusión, cada vez más abandonada, cuidaba poco de sí, cada vez más flaca, pálida y escuálida, Carlota había perdido lentamente el brillo de la vida.
De Miramar fue trasladada a Laeken, donde mejoraron sus condiciones de salud y sus cuidados también. Su cuñada en 1868 le anunció la muerte de su esposo, ya que su cuerpo estaba próximo a llegar a Trieste.
Desde ese momento Carlota se alejó por completo de la realidad, iniciaron sus tendencias agresivas, tanto así que acusó a su hermano de complotar para envenenarla. Él, indignado la envió a Terveuren, y allí permaneció hasta 1879 porque inició un incendio, cuando lograron rescatarla recordó las cartas del emperador, insistió en ir por ellas pero no se lo permitieron. Su locura entonces avanzó y se arrancaba el pelo, se cortaba, gritaba, pataleaba, hasta que la metieron en una camisa de fuerza y la trasladaron a Bouchout, donde permaneció hasta su muerte, viviendo en el olvido y soñando con el pasado, con su amado Max.
Vivía en la última habitación de la torre del lado derecho del castillo. Era una habitación espaciosa, su cama era cómoda y los barandales eran dorados. Las sábanas blancas y sedosas. A unos pasos se encontraba una mesita con 3 asientos (uno para ella, uno para Max, y uno para sus visitantes). En ella disfrutaba tomar el té recibiendo el sol de la tarde o de la mañana. La mesa estaba tallada en las patas, parecían flores que salían del suelo e iban subiendo hasta llegar a la tabla, que era plana. Los asientos eran cómodos pero angostos.
Del otro lado de la habitación había un sofá largo donde Carlota disfrutaba tomar la siesta. En los últimos 15 años de su vida Carlota disfrutaba pintar los lugares por los que alguna vez había pasado, también se dedicó a bordarle a Maximiliano todo el ajuar para cuando volviera.
Disfrutaba ver a través de una ventana el agua, ver los patos y ver como emprendían el vuelo.
Estuvo la mayoría del tiempo acompañada de damas de compañía que se encargaban de cuidar de su salud, la alimentaban como a un bebé cuando tenia sus peores crisis por la ausencia de Maximiliano. Tenía también un piano, que cuando era más joven tocaba, pero que con el paso de los años se volvió instrumento para acabar con la tranquilidad del palacio. Podía durar horas prendida a las teclas del piano para fastidiar a sus cuidadores, a veces lo golpeaba con objetos o se sentaba encima de él y lo tocaba con la cola. Las damas de compañía sufrían por que a pesar de ser una vieja escuálida tenía fuerza y cuando se rehusaba a cooperar, las mordía, les escupía, les tiraba objetos, las aruñaba y les arrancaba el pelo.
Hacia 1927 Carlota pesaba alrededor de 44 kilos, su aspecto era sombrío, a diferencia de su juventud, se arreglaba poco y no permitía que la arreglaran, sólo ocasionalmente cuando sentía la visita del mensajero, el único objeto que tenía era un collar de plata que Maximiliano le regaló apenas se casaron. Ya había abandonado sus trajes elegantes, los había remplazado por pijamones blancos y beige. Andaba descalza menos en invierno, que utilizaba pantuflas.
Su pelo desaliñado era característico, usaba abrigos pesados sobre sus pijamas cuando se sentía dispuesta a salir. No le agradaba bañarse y comía poco.
Su cuerpo con el paso de los años se fue encorvando, se fue disminuyendo, pero cuando tenía recuerdos repentinos su esqueleto volvía a su posición natural. Arrastraba los pies con una cadencia eternamente lenta. Cuando no tenía episodios críticos era una mujer sonriente y taciturna, se perdía en los paisajes y en los recuerdos.
Carlota murió a sus 86 años, en un día soleado, cuando iniciaba el verano. Murió tranquila en tanto que el sol se ponía, descansaba mientras contemplaba el paisaje y veía acercarse a Maximiliano en su caballo Orispelo, con sus enormes ojos azules bien abiertos y una sonrisa que hacía que el cuerpo de la Emperatriz de México se erizara e imaginara que
ya era tiempo de reunirse con su amado
¿Porqué Carlota?
Mi miedo, mi mayor preocupación es perder la memoria, me aterra olvidar, suprimir recuerdos que nos definen como personas y como sociedad.
Cuando camino por la calle siento que todos nos hemos convertido en ciegos y sordos ante nuestra realidad, entonces una sensación de vacío invade mi cuerpo y una agobiante tristeza se apodera mi, genera un nudo en mi garganta y lo único que puedo hacer es suspirar.
¿Cómo lograr que un pueblo entero recuerde, no olvide?
Inicialmente pensé que debía encontrar un texto que me ayudara a solucionar esta pregunta, a encontrar la fórmula para hacernos recordar siempre. Con el paso del tiempo me di cuenta que la empresa era difícil, tal vez demasiado pretenciosa, que requería una investigación profunda, mayor a mis fuerzas y el tiempo con el que contaba para hacer el monólogo.
Renuncié a esta idea, pero tenía aún la espinita que seguía martillando mi cabeza haciéndome reflexionar en torno a la memoria.
Leí varios monólogos, ninguno me satisfacía, leí libros y artículos pero tampoco llenaban mis expectativas. Un día me encontré con una novela de Fernando del Paso, Noticias del Imperio, con el primer capítulo. Mientras lo leía sentí un vacío en el estomago, como cuando por primera vez sientes atracción por alguien. Esa noche pensé y pensé y pensé en ese texto. Me llenaba de temor la manera en que estaba escrito, sobre quien hablaba y la idea de ponerlo en escena. Sin embargo encontré en ese texto toda la poesía, toda la belleza de lo grotesco y lo patético, encontré la magia contenida en 12 páginas. Y entonces decidí abalanzarme al vacío, dejarme llevar por el mundo de la fantasía de Carlota Amelia, Emperatriz de México y por la cruda realidad que la rodea: ¿quién sino ella y la historia recuerdan? Nadie más sino ella, una mujer que cayó en el olvido 60 años atrás, recuerda con detalle su vida, la vida de su esposo y todo aquello que los hizo grandes y que luego los hizo caer en el olvido.
Carlota Amelia es mi viaje por el recuerdo, será mi manera de acercarme a la memoria, de aferrar los recuerdos y esperar permanecer en el tiempo y en los recuerdos, míos o los de alguien.
La Emperatriz de México será mi reto: construir un personaje de 86 años con tan solo 22. Construir su ritmo, su fluidez, sus angustias y alegrías. Construir sus recuerdos, reinventar su vida para volverla un recuerdo que palpita en las entrañas.
En este blog pretendo de alguna manera u otra dejar constancia del trabajo que estoy haciendo, las reflexiones que surgen en torno al trabajo del texto, del personaje y de la observación de la realidad. Espero que en unos años sea mi recuerdo...
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